Maratón de Zaragoza 2023

Aprovechando que se celebra de manera conjunta el campeonato de España absoluto y que cuento con la marca mínima que se pide decido apuntarme a este maratón, que ya había corrido una vez, en 2016. También conozco muy bien el cierzo gracias a que el pueblo de Vero está en la provincia, sé que cara a hacer una buena marca va a ser una dificultad importante, pero cruzo los dedos esperando que el día de la carrera no nos salga especialmente malo.

El sábado al llegar a Zaragoza me recibe sin embargo el cierzo en todo su esplendor, veo sillas de bar emprender cabalgadas sin freno o banderas pujando por zafarse de sus mástiles. La verdad es que aunque la épica me pone tomo la decisión final de ser más conservador de lo que para mi fuero interno pensaba, aparcar de momento el sueño de volver a estar por debajo de 2:35 y pelear por conseguir otra marca sub 2:40.

El domingo amanece con el viento mucho más comedido aunque va a seguir siendo un factor importante. Caliento un poco con mi amigo “el ex ciclista” y me posiciono en el cajón del campeonato de España, con espacio para hacer las últimas rectas y al lado de referencias para un mitómano del atletismo como Reyes Estévez y Javi Guerra. Salimos, espero a mi compi y nos intentamos acoplar a un grupo grande que se está formando con la favorita en chicas Irene Pelayo. Pasados 2 kms veo que voy muy forzado para esas alturas de carrera y nos dejamos caer poco a poco buscando que nos alcancen por detrás y formar un buen grupo para hacer frente al viento. No conseguimos formarlo hasta el km 9 pero no tenemos buena armonía, algunos van muy forzados y se van quedando mientras otros dan “hachazos” muy marcados y se marchan por delante. Intento hacer de puente y me encuentro tirando durante bastantes kilómetros, muchos más de los que me gustaría, a la vez que intento no perder a mi compi, al que no veo ya desde antes de pasar por la media maratón, en 1:20:14.

Nos quedan unos kilómetros difíciles por delante, sobre todo del kilómetro 30 al 34, con viento y en cuesta, voy regulando bastante con la idea de recuperar al final. A partir del 35 giramos y desde el 37 es además para abajo. Disfruto por fin corriendo rápido y apretando, con un kilómetro muy favorable a 3’23, y entro en meta con 2h39’45. No es la marca que quería, pero es otro sub 2h40, que siempre es un objetivo para mí, y que uno nunca sabe si será el último.

Por Ander Zorita

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