Esta lesión es una de esas lesiones que da miedo porque suena a derrota como le ocurrió al famoso héroe de la guerra de Troya, pero a pesar de eso, se puede prevenir de forma sencilla y tiene tratamiento; estamos hablando de la tendinitis aquílea.
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Se trata de la inflamación del tendón de Aquiles, la mayoría de las veces consecuencias de exigir demasiado al cuerpo (casi siempre se debe a un uso excesivo del pie, más que a una lesión). Implica al tendón de la parte posterior de la pierna que conecta al talón y duele más hacia la parte inferior del pie. Este tendón el que nos permite empujar con el pie hacia abajo y lo utilizamos al correr, andar y saltar.
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Aunque existe la tendinitis aquílea a raíz de una artritis o espolón, lo más habitual es que se de por una sobreutilización por diferentes motivos como puede ser incrementar de manera repentina y fuerte los entrenos. Hay que añadir que correr con mucha frecuencia y en superficies duras también puede llegar a provocarla, al igual que el hecho de no utilizar el calzado apropiado, pegar saltos y una mala pisada (las personas con pies planos son más propensas).
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Como se manifiesta esta lesión en el cuerpo es fácil de detectar, ya que el dolor a lo largo del tendón al caminar o al correr es patente, además de doler al tacto también (en los laterales más que en la zona posterior). Se puede hinchar la zona y subir la temperatura y añadiremos la rigidez que se aprecia en el tendón.
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Es de suma importancia reconocer estos síntomas para evitar un mal mayor, porque a pesar de que es transitoria esta lesión, si no la tratamos de una forma adecuada y a tiempo, el tendón se degenera y puede derivar en una tendinosis que quizás derive en un desgarro o ruptura.
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Pero si ya tenemos encima la tendinitis aquílea, lo mejor es acudir a un especialista que nos de las pautas de actuación concretas en nuestro caso teniendo en cuenta que la base general de recuperación de la lesión es aplicar hielo durante 15 o 20 minutos tres veces al día, suspender la actividad física en la que se note dolor y sustituirla por andar el bici, nadar o cualquier otro deporte que implique menos al tendón, procurar andar en superficies lisas y suaves y sobretodo mucha paciencia porque en algunos casos se llega a los 2, 3 o 4 meses hasta no notar dolor. .
Estiramientos e incluso cambiar el calzado y utilizar alguna plantilla, puede estar dentro del tratamiento a seguir, en casos extremos se puede incluso recurrir a la cirugía si estos tratamientos mencionados o incluso las ondas de choque (ESWT) no dan resultado.
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Hay que tener también en cuenta para prevenir tendinitis aquílea que los ejercicios para mantener los músculos de la pantorrilla fuertes y flexibles ayudarán a reducir el riesgo. Así que ya sabemos que es lo que hay que hacer en caso de lesión o incluso que hacer para prevenirla, eso sí, un especialista nos puede ayudar a que su recuperación sea más rápida y menos dolorosa e invadilante.