Guriezo Trail

Andaba yo buscando una carrera de monte de unos 30 km que me sirviera de preparación para la Bilbao Mountain Marathon. Y me encontré con la prueba de Guriezo, en la que hay modalidad para andarines, BTT, marcha nórdica y carrera de Trail. No seríamos más de 40 participantes en la carrera, así que ya imaginé que tocaría correr la carrera prácticamente en solitario.

 Se da la salida y los 3 primeros tiran fuerte para adelante, un corredor del Club Alpino Sábano un poco por detrás y, sobre el kilómetro 4, yo me estabilizo en una quinta posición. En el kilómetro 6 adelanto a Iñaki Gutiérrez del Portu que iba haciendo la marcha, me anima, y me saca unas fotos. La carrera me está gustando mucho porque es toda muy corredera, todo por pistas anchas y senderos. Lo que si noto desde el principio, es que el marcaje es muy escaso, y en eso andaba, que sobre el kilómetro 8 me mosqueo porque no veía ya ni marcas ni las rodadas de las bicicletas. Recuerdo que tenía metido el track en el Garmin, lo activo y efectivamente, me había salido del recorrido, doy media vuelta y a correr hasta volver al cruce anterior. A todos los que hacemos monte nos ha pasado alguna vez, y es un momento de mucha tensión e importancia. Al volver al recorrido, calculo haber hecho 2 kilómetros de más. Al de un rato de subida bastante enfadado, alcanzo a otro corredor y me comenta que vamos sobre la posición 12. Ese fue un momento importante, porque en lugar de desconectar, aposté por ir a tope e intentar recuperar posiciones. 

En el siguiente tramo de subida adelanto a 3 corredores y llegamos al kilómetro 14, a la zona del canal del Juncal. Una zona con un paisaje espectacular, se veían picos de Europa y la playa de Orión. Pero ahí correr era más difícil que doblar solo una sábana bajera. El canal estaba mojado, resbalaba y habría que ir agachado al pasar por cada uno de sus 5 o 6 túneles. Ya al salir del canal, entramos a un bosque con un sendero llano y corredero. En esa zona adelanto a otros dos corredores, y a otro par en la dura subida a la ermita de la Nieves. 

En el paso de la ermita, una vez finalizada toda la subida y a falta de 8 kilómetros a meta, estaba el último punto de avituallamiento. Los voluntarios me comentan que tengo al quinto y sexto a menos de 2 minutos… así que intento ir a por ellos, pero no tengo demasiadas esperanzas de cogerles, ya que el inicio de la bajada era por piedras y cada vez soy más torpe y miedoso bajando. Sorprendentemente, bajo bastante bien esa zona, señal que iba con fuerzas, y al llegar a la pista veo al sexto con una camiseta del kilómetro vertical de Torrelavega. Al llegar a su altura, meto un cambio de ritmo, con la idea de que no tenga intención de seguirme que casi me desmayo, jajajaja. Hago hueco, sigo adelante, pero al quinto no lo veo. Me conformo entonces con la sexta plaza y dejar de sufrir. Pero parece que no era el día de relajarme y en una recta larga le veo, y además no parecía que iba con buenas sensaciones. Así que, a falta de dos kilómetros, le puedo adelantar y sacarle distancia suficiente para llegar a Guriezo en quinta posición. Al llegar, me dicen que soy primer veterano y que me prepare para el podio. Así que, siendo consciente de que la carrera no tenía demasiado nivel, me volví a casa con una sonrisa de oreja a oreja. No en todas las carreras los modestos podemos pelear por estar arriba en la clasificación general.

Por Gorka Viteri

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