Maratón Donosti 2021
Este pasado domingo 28 de Noviembre se celebró la 43. Maratón de Donosti y por fin puedo decir, que después de 2 intentos “fallidos”, pude disfrutar de una maratón y cumplir con el objetivo que me marqué consiguiendo un tiempo de 03:04:30.
Este camino comenzó allá por el mes de Septiembre. Empezamos con la preparación específica para esta distancia tan temida pero a la vez tan bonita. Meses de preparación, en los que como todo en la vida, tienes días en los parece que te comes el mundo y otros en los que toca sufrir. Tengo que reconocer que a nivel general todo ha ido muy bien, incluso mejor de lo esperado, y en el he podido ir cumpliendo todos los entrenamientos planificados. Además, las carreras que tenía dentro de la preparación, no hicieron más que confirmar que íbamos por el buen camino.
El día previo, arrancamos Aitor y yo dirección Donosti para recoger el dorsal y estar ya allí el día de la carrera. Las condiciones meteorológicas daban miedo ese día. Lluvia, granizo, viento,… Uno de tantos factores incontrolables de los que no puedes hacer nada y sólo queda resignarse. Una vez cogido el dorsal, camino al hotel, cena, preparación de toda la ropa para el día siguiente y a descansar.
Y llegó el día D. A las 06:30 sonó el despertador. Desayunar, prepararse y rumbo al parking de Illumbe. Las sensaciones eran muy buenas. Estaba descansado y me veía con energía. Después de dar el dorsal a Javi y dejar la mochila en el guardarropa tomamos dirección a la salida para ir calentando, activando y ver la salida del 10K en el que participaba Aitor.
9:00. Pistoletazo de salida y arrancamos. Primeros km en los que voy con un ritmo algo superior al que tenía previsto pero siempre controlando. Los primeros 2-3 km se formó un pequeño grupo en el que fui tirando junto con otro compañero y posteriormente
tomaron el relevo tanto Javi Vallejo como otro corredor. Nos acercábamos a una de las zonas más temidas que era la zona del Kursaal en el que el viento podía ser un enemigo importante. Lo pasamos bastante bien. Ya en dirección al Boulevard el grupo se empezó a desintegrar y me quedé con un grupo pequeño de 3-4 corredores. Las sensaciones seguían siendo muy buenas.
Después de cruzar la Concha, cogimos dirección hacia el Antiguo y zona de Universidades, en el que a la ida se iba bien pero a la vuelta empezó el chaparrón y el viento en contra que hizo que ese tramo se hiciese cuesta arriba. Ya en dirección a Anoeta la cosa se calmó y recuperamos las buenas sensaciones.
A la altura de la media maratón, tenía al apoyo de Aitor, tanto moral como logístico, que me dio esa fuerza extra para seguir con esas buenas sensaciones e incluso incrementarlas.
Y aquí empezó la maratón de verdad. A la altura del km 23, miré hacia delante, miré hacia atrás y sólo quedaba yo. Las sensaciones muy buenas, pero el miedo a la soledad, sobre todo en las zonas expuestas al viento daba miedo.
Avanzando km a km, y recordando cómo íbamos a estas alturas en la última maratón de Sevilla y cómo íbamos ayer, no hacía más que incrementar la confianza de que este año sí, lo iba a conseguir.
Y ya a la altura del km 35-36 es cuándo empezó el sufrimiento de verdad y tocó apretar dientes, pensar en los días de trabajo para llegar ahí, tirar con todo lo que uno tenía,…. El ir sólo tanto tiempo, el lógico cansancio, el viento y los pequeños repechos que me encontraba por el camino se me hacían muy duros. Por otro lado, veía que el ritmo que perdía no era mucho y que seguía dentro del objetivo marcado manteniendo un margen suficiente.
Y ya a la altura de Anoeta, recta hasta la pista de atletismo, giro y dirección a meta. Apoyo de familia y amigos en meta. Serán sin duda, los últimos metros más especiales que he vivido en una carrera. En esos últimos metros en la pista de atletismo, te vienen a la cabeza los km y horas que has dedicado para llegar ahí, los sacrificios que has tenido que tomar, el apoyo y compresión de familia, amigos,… a los que en momentos has podido tener algo mareados,… BRUTAL.
Y por último, agradecer a todos y cada uno de los integrantes de una gran familia llamada Korrikazaleak. Parte de este objetivo cumplido es vuestro, por todos los consejos, ánimos,… Pertenecer a este club ha contribuido a mejorar mi nivel competitivo de una manera muy importante pero sobre todo conocer a un grupo con un valor humano terrible.
Y cómo no, esta “victoria” va para Aitor, mi hermano. Pieza fundamental para mí y un apoyo indispensable. En los buenos momentos y en los más jodidos siempre tenemos el apoyo uno del otro que hace que todo sea mucho más fácil y que todas la trabas que se interpongan en el camino las vayamos superando entre los dos. Toda la experiencia y apoyo se la devolveré para sus próximos objetivos de la Media Maratón de Vitoria y Maratón de Bilbao.
Cerraremos el año en Vitoria y a pensar en nuevos objetivos de cara al 2022!
Por Mikel Martinez