El running NO aumenta el riesgo de padecer artrosis
Fuente: Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autora: Beatriz Lasheras Abadías, colegiado nº 798
Frente a la creencia popular, son ya numerosos los estudios que nos demuestran que no hay más artrosis en personas corredoras que en no corredoras. Son los deportes de contacto con riesgo de traumatismos o en deportes profesionales de alto nivel (como por ejemplo el fútbol) donde sí se observa más riesgo a padecer artrosis.
Cada vez son más las personas que practican running para cuidar su salud, sin embargo existe una duda muy extendida si esta actividad practicada de forma regular puede afectar negativamente a las articulaciones, produciendo a medio o largo plazo artrosis.
La artrosis es un proceso degenerativo de las articulaciones que se caracteriza por la pérdida del cartílago articular que reviste las superficies de contacto de los huesos y articulaciones. Esta capa evita el roce entre los huesos y su consecuente desgaste.
Otros estudios concluyen que un estrés articular repetido y progresivo (como ocurre en el running) contribuye a fortalecer las estructuras de apoyo como el cartílago.
Es decir la clave está en que el cuerpo se adapta, en este caso el cartílago tiene poder de adaptación, pero siempre y cuando el estrés aplicado no sea más grande que su capacidad de adaptación.
¿Cómo se lleva esto a la práctica? Con el sentido común y las sensaciones:
Si por ejemplo una persona que practica una hora de carrera en el último kilómetro aparece una molestia en la rodilla y al día siguiente siente rigidez y que no se ha recuperado correctamente, quiere decir que el estrés aplicado en la rodilla ha sido mayor que su capacidad de adaptación, así que en las próximas salidas quizá deberá disminuir el tiempo de carrera, para progresivamente volver a la hora y seguir progresando.
Otros estudios nos indican que la biomecánica de carrera, es decir una técnica eficaz de carrera, contribuye en gran medida a que la fuerza de impacto en las articulaciones sea menor y haya un buen alineamiento de la extremidad inferior.
Las características de un patrón seguro de carrera son: pisada ligera (aterrizaje del pie con la parte media del pie y no con el talón) y aumento de la cadencia (pasar de 140 pasos minuto a 180 disminuye el tiempo de contacto y por lo tanto la fuerza de impacto de las articulaciones).