Marcha Bilbo – Laudio

(más abajome entenderéis)

Goizalde argia eta paketsua gaurkoan Bilbon.Hortxe aurkitu gara gutako batzuk Bilbotik Laudiora joateko,oinez. Umore honik ez zaigu falta eta behar beste aitzaki hori egi bihurtzeko.

10ak aldera, abian jarri gara Laudio buruan izan dugularik. Mendian gora berehala hasi gara, Pagasarri miresgarriariaren malda maitagarriak igotzen. Ez da erreza izan, nahiz goizaldeko lehenengo orduak  edertasunez jantzirik izan ditugun, ohea hurbilegi izan dugu oraindik erabat esnatuak sentitzeko. Lehenengo iserdi tantak, gure gorputzean ibilaldian hasi dira,hozberoa goraka gugan aurrera doalaren adieraziz. Pagasarri atzean utzita, Ganekogortarantzako bidean erabat murgildu gara. Jada berotuak gaude, iturritxu gozo batean egarria alboratuz, bideari berriz ekin diogu. Ganekogortaren maldetan barrena, solasaldi gozoen artean, gure helmugetako baten tontorrean aurkitu gara. Zerbait edan, jan, argazki batzuk egin eta bidea jarraituz, Kamarakarantza bideratu ditugu gure urratsak. Gure lur maitea noizbait odolez jantzi zela ohartuz, 1936an eraiki zen burdin harresiatik pasatuz,  Kamarakan berehala aurkitu gara. Paraje ezin hobearen aurrean, aho bete hortz geratuta Ludiorantza jarraitu dugu.Zuhaitz Eder baten azpian, antzinako gizakia bezala, Gorbea anai maitatua lagun, inoiz ez bezala bazkaldu dugu. Goi mailako sukaldaritzaz gozatu dugu ahastu ezinezko pertsonen artean.Bapo bazkalduta, Laudion azkeneko potea hartu dugu. Trenaren sabel gozo-gozoan, Bilborantza itzuli gara.

Askotan gauza gutxi behar ditugu zoriontsuak izateko.

 

Dicen, que las personas siempre somos el reflejo de todo lo que hacemos, pensamos y vivimos. Así es como hemos disfrutado hoy de una maravillosa excursión: desde lo que hacemos, pensamos y vivimos.

A las 10 de la mañana, más o menos, nos hemos puesto rumbo a Laudio a través de uno de los parajes que engrandecen al Botxo, el tándem Pagasarri-Ganekogorta. Fieles testigos de todas y cada una de nuestras maneras de hacer, pensar y vivir la vida, cada vez que uno de nuestros pasos cruzan sus sinuosos parajes en busca de lo mejor de nosotros mismos. Así las cosas y acompañados por nuestras sonrisas y alegres intenciones y pasando absolutamente de ningún tipo de mega súper marca deportiva alguna, por allí nos hemos ido a perdernos en la naturaleza salvaje a unir dos universos: el de Bilbao y el de Laudio. Así lo demuestran los mapas universales, ¿no?

Disfrutados de los manantiales del Pagasarri y una vez repuesto depósitos de frutos secos venidos directamente de las más nobles cocinas de la naturaleza, sin perder el tiempo nos hemos ido a visitar a nuestro General Pagasarri. Más que nada, porque sus cuestas nos entrenan como a fieles soldados en busca de las glorias de la meta. Los repechos han quedado atrás y las fotos y el compartir manjares nos han saciado sobremanera para ir a visitar al no menos exigente Kamaraka. Durante el camino y en alegre cháchara con Monsieur Pani…hay esperanza, no todo está perdido. Las guerras dejarán de tener sentido y otras formas de hacer, nos llegarán. El Kamaraka, nos acoge en su seno cual amad@s hij@s.Lo pasamos como enan@s sacándonos fotos y arrasamos cual Hansel & Gretel de todo lo que se nos pone por delante. No ha sido para menos.

Las calles de Laudio nos reciben con los ojos abiertos:” ¡¡¡Pero estáis de atar!!! ¡¡¡Con este sol y desde Bilbo andando!!!”Ni caso, que unas pocas baldosas no entiendan que nos apasiona unir universos no es nuestra culpa. Al menos los habitantes de la noble villa a la que hemos llegado, nos dan la bienvenida con bailes, fiesta y trajes elegantes. A diferencia de sus calles, ell@s sí nos entienden. Tras echar la sed a patadas de nuestras bocas con unos increíbles tragos, el tren nos lleva a casa cuales niñ@s buenas después de haber cumplido con nuestras obligaciones en la ikastola.

En fin, un día que pasara a la historia en las leyendas universales.

 

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