La Terrorífica Villarcayo 2025: luces, sustos… ¡y podios para Korrikazale!
El pasado 19 de julio nos adentramos en las tinieblas de Villarcayo para participar en una carrera poco convencional: La Terrorífica. Una prueba nocturna de 11 km ambientada en un universo de vampiros, sustos y escenas teatrales que nos sacaron más de un grito… y también muchas risas.

Hasta allí nos desplazamos tres valientes del club Korrikazale, y lo que parecía una aventura para “pasarlo bien” acabó en un auténtico festival de podios:



- Ander Munguira se proclamó campeón absoluto por segundo año consecutivo, con un tiempazo de 41:10, demostrando que ni los vampiros le alcanzan cuando aprieta el ritmo.
- Nuestro compañero Jorge Santos se alzó con el primer puesto en la categoría Máster A, mejorando su segundo lugar del año pasado y cruzando la meta en 44:38, manteniendo el tipo incluso entre árboles, linternas y actores al acecho.
- Y quien firma estas líneas, Andrea Leivar, logró la primera posición en la categoría Sénior Femenina, con un crono de 52:10, el corazón a mil tanto por los sustos entre la maleza… como por el atropello (literal) que sufrí en la terrorífica salida.
El comienzo fue todo un espectáculo: luces, humo, gritos y actores caracterizados que nos metieron de lleno en el ambiente… antes de que sonara (o se improvisara) el pistoletazo de salida. A partir de ahí, el recorrido nos llevó por caminos oscuros, senderos de monte y rincones donde lo mismo te cruzabas con otro corredor… que con una criatura salida de una pesadilla (spoiler: eran actores, pero en ese momento ni lo sabías ni lo dudabas).

Más allá del miedo, fue una experiencia única, diferente y divertidísima, perfecta para romper la rutina del asfalto diurno y vivir el running desde otro ángulo. Y para redondear la noche, tras cruzar meta nos esperaba una cena popular, música con DJs y un ambientazo espectacular que nos hizo quedarnos con una sonrisa de oreja a oreja.

Una noche inolvidable en la que Korrikazale no solo corrió… sino que brilló con luz propia en la oscuridad.

Por Andrea Leivar