La Quadrako Mendi Lasterketa 2018

Por «H» o por «B» nunca me cuadraba la fecha para poder participar en esta carrera. Por fin este año se han alineado los astros y he podido acercarme a La Quadra para disfrutar del ambiente.

Domingo por la mañana, me levanto y mientras desayuno sigo por televisión el segundo encierro de San Fermín. En Pamplona está lloviendo. Miro por la ventana y los montes están cubiertos. Meto el cortavientos por si acaso, aunque la predicción es de calor. Nunca se sabe que te vas a encontrar en el monte.

Poco después de las 8:30 aparco en la campa que la organización ha habilitado como parking. La temperatura es muy buena e incluso caen algunas gotas. Esto quiere decir que vamos a tener mucha humedad.

Recojo el dorsal y la bolsa del corredor: Leche, magdalenas, galletas, barritas, cocacola, aquarius, cerveza, chicles … sólo les ha faltado meter un jamón.

Me encuentro con Sebastien y Lavega que quieren calentar antes de la salida. Les dejo a lo suyo, ya tendremos tiempo de calentar en las primeras rampas.

Nota mental: La próxima vez dar unas pequeñas indicaciones al fotógrafo para que no nos corte las piernas

A las 9:30 se da la salida a toque de cuerno. Los gallos tiran de la cabeza y yo me quedo en la parte trasera. A bulto calculo que seremos unos 100 corredores. A las 8:30 han salido los de la marcha que nos iremos encontrando por el camino.

Al poco de salir nos encontramos con las primeras cuentas, enseguida me pongo a andar. Para mí esta carrera cuenta como entrenamiento para el Hiru Haundiak de Octubre por lo que la velocidad no es lo importante.

El primer pico que subimos es el Zamaia, km 4. Subimos en fila india, calladitos y ya cubiertos de sudor. Voy bebiendo a sorbos de los bidones. En un principio habían hablado de que no habría avituallamiento líquido en la carrera, pero en la salida nos confirman que si, que podremos reponer durante el recorrido.

Subiendo Zamaia

Desde la salida he puesto la pantalla del altímetro en el Suunto, no quiero preocuparme de distancia ni tiempos.

Ongi Etorri – Isiltasunaren aldapara, es la pancarta que nos encontramos al iniciar el ascenso al Ganekogorta (998 metros). En esto que levanto la cabeza y me encuentro con Iñaki, este hombre está en todos los sitios, no se pierde una. Charlo un poco con él, me saca una foto y sigo a lo mio. El sol empieza a apretar.

Una vez hollamos la cima del Ganekogorta (kilómetro 7) tenemos que crestear hasta el famoso Gallarraga y su pared para subir trepando por la cuerda. Por el camino he podido rellenar los bidones y echar unas sales.

Una vez pasada la zona técnica de la subida saco unas barritas de cereales y me las como mientras disfruto del paisaje. Ya estoy en la mitad del recorrido. Bajada rápida hacia el Agilatos, donde antes de subir nos ponen una pulsera para demostrar que hemos pasado por este punto y no hemos atajado.

Empezamos el descenso por el bosque, con mucha humedad y buenas sombras. Los kilómetros y el desnivel acumulado se hace notar en las piernas.

Al rato ya se ve el pueblo y se oye a los speakers. Una curva y me encuentro a un corredor que me dice que ya solo quedan 300 metros. Cuando llego a meta es la primera vez en toda la carrera que veo el tiempo, 3 horas y 19 minutos. No está mal para los 20,4 km y 1400 metros de desnivel que marca el GPS. Termino contento de no haberme preocupado del tiempo en toda la carrera.

En meta, bien de fruta, dulce, queso, frutos secos y bebida. No se puede pedir más.

Me  voy con la sensación de haber hecho bien los deberes. A seguir sumando kilómetros.

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